Tuesday, August 13, 2019

Música pobre: Ácido Canario Vol. 7


Ácido Canario deconstruye la canción y la lleva al extremo. Casi podríamos decir que la incinera. De sus cenizas surge, como el ave fénix, alguna otra cosa que, no obstante, conserva su núcleo duro. Porque lo que un oído apresurado podría decodificar como mero electropunk se encuentra, en realidad, plagado de pequeñas gestualidades experimentales.
Hay aquí una urgencia inusitada que sitúa a este volumen 7 en un contexto bien argento. “Saliendo del Sol”, por ejemplo, parece la respuesta corrosiva al legendario ¡Salgan al Sol, revienten! de Billy Bond y la Pesada, aunque la alusión de la letra, quiero imaginar en un exceso de libertad interpretativa, bien podría desplazarse de la figura del Papa a la del Indio Solari, al fin y al cabo, dos formas igualmente discutibles de la misa y de la comunión.
“El juego de la vida” guarda resonancias no tan lejanas del “Despiértate Nena” de Pescado Rabioso pero se trastoca en un indictment feroz de cierta clase media urbana, porteña o de zona norte para más datos. (“Te pones loquito con tu cacerola”/ “Militando en la redes te pones fachito”).
“Murguita estropeada de Maldonado”, con su único verso de “¡Infiltrados! ¡Infiltrados!” no requiere mayor aclaración. Pero es un notable ejemplo de economía de recursos y abundancia de referencias: la localidad uruguaya, la tradición musical/ teatral del país vecino, la tragedia bien local del Santiago argentino. Una estructura de Big Band espástica que recuerda al Naked City de Zorn, Frith y cía. y engancha con “Música pobre”, un manifiesto sobre la desorientación auditiva y la digestión facilista en la época de la revolución digital 2.0. “Dormir en el agua”, por su parte, trastoca los ritmos folklóricos iniciales en una polifonía de cuerdas que arropa una improbable canción de amor.
En fin: todo aquí es descontracturado y corrosivo, en un estado de bienhechora impureza. Una música muy consciente de la riqueza de múltiples tradiciones del pasado - después de todo, Zelmar Garín, la presencia que unifica las numerosas metamorfosis de Ácido Canario, es un coleccionista obsesivo-; muy abierta respecta de las formas que pueda adoptar en el futuro. Como afirma su manifiesto: “No somos un eco el pasado, tampoco somos un futuro próspero. Vivimos en la intrascendencia del mañana. Seremos música…
Un enigma que los interesados podrán develar el viernes 16 de agosto en Rosetti, en el barrio de Chacarita, donde Ácido Canario presentará el disco en cuestión.