Sunday, February 19, 2006

En los extramuros del underground (parte 4)

El día es hoy
Pero si hubo una banda que trajo nueva luz al underground local esa fue Electro-Z (1999). Tanto LASE, como Jennifer Cornejo y Carlos "Zetangas" García consiguieron lo que hasta entonces todavía era inexistente en el ámbito local: aunar con igual ímpetu la distorsión guitarrera con el pop, no a la manera densa de los paradigmáticos My Bloody Valentine, sino más bien con una frescura que le debía mucho al indie rock americano. Lo interesante en todo caso es que Electro-Z consiguió estar a la vanguardia del pop local, con conciertos en donde el acople, las cajas de ritmos y los teclados pasados por efectos rugían con total libertad, y el mundo ganso de dormitorio expresado en sus letras se instalaba como un mensaje novedoso.
Electro-Z no quería decir nada pero sus canciones lo decían todo: había un lugar, una dimensión auténtica cotidiana que tenía que salir: no había que salvar el mundo, había que salvar el momento. Electro-Z tuvo una existencia breve. Jenny y LASE se fueron a vivir a EEUU y allí le dieron vida a un nuevo proyecto llamado Dasher (En su viaje los acompañaría Christian Vargas, quien había entrado como baterista al grupo. Ya de regreso a Lima, Vargas formaría un grupo de pop llamado Abrelatas).

Una época de confusión
Los últimos cinco años han sido muy agitados. El inicio de la década estuvo teñido por una crisis moral y política que terminó con la salida de Fujimori del poder tras el descubrimiento, mediante los famosos e insólitos vladivideos, de una red de corrupción al interior del gobierno, la misma que sembró una desconfianza generalizada (medios de comunicación comprados de por medio), creando un verdadero clima de caos e incertidumbre que de alguna manera se refleja en toda una generación que a la larga se ve inmersa en la confusión y en la distancia política. Por el lado de la música experimental esta manifiesta un sentido de aislamiento que empieza a ser celebrada por una gran cantidad de jóvenes. La música adquiere la imagen de una puerta de evacuación.
A la par de esto se va afianzando el uso de herramientas tecnológicas novedosas como Internet, que genera lazos comunicativos importantes, permite la llegada de información sobre lo que ocurre musicalmente en otras latitudes y esto hace posible exportar material y a su vez dar a conocer diversos estilos musicales en nuestro país. Por estos años empieza a hacerse evidente una suerte de subcultura, que tiene en la música electrónica y el video a sus principales motores (mucho tiene que ver la aparición en nuestro país de ATA (1998), organización dedicada a la difusión de arte electrónico). Se hacen habituales los festivales y eventos multimedia y electrónicos (Modular Park-O-Bhan, Laberinto Sonoro, Cholo-Fi, Caillohma, Electrocutarte, Looperactiva) cada uno con perspectivas diferentes pero con una idea común: enlazar diversas disciplinas y promover el desarrollo de la música electrónica.
La alianza entre artes plásticas y música electrónica y el consecuente desarrollo de propuestas multimedia ya era un hecho que se ve manifestado en las actividades del grupo Medios Nómades, la posterior aparición del colectivo Santos Media, que incluye a una banda de pop electrónico en sus performances, o la muestra Post Error que el músico Christian Galarreta presentaría en la sala Luis Miro Quesada Garland. Así como el trabajo de artistas como Félix Arias y sus pinturas de ruido y de Kiko Mayorga con sus instalaciones sonoras, entre ellas su sorprendente Cubo Protegido, junto al artista José Carlos Martinat, interviniendo con una pared de sonido la puerta de la galería Miro Quesada, como parte de la muestra Cubo-Blanco Flexi-time (2004) creada/curada por Jorge Villacorta, quien también presentara “Make the medium fail, tocada para Brian Eno”, con la participación del grupo Rayobac, además de una exposición de vinilos, con tocadiscos dispuestos para servicio del público. Llega así una oleada de modernidad al underground electrónico/ experimental local que tiene su punto de clímax con la organización del Festival Con-tacto (2003-2004), que organiza Juan Barandiarán, quien le exige a cada proyecto electrónico el uso de un video para sus respectivas presentaciones. El evento resulta muy ecléctico, y en él conviven música electroacústica, synthpop, techno y noise digital, entre otras vertientes. El Centro Cultural de España se convierte en el espacio donde diversos grupos se dan a conocer.

Los electrónicos
Uno de los fenómenos más interesantes en la electrónica contemporánea ha sido la convivencia de diversas tecnologías, del pasado y del presente, y el reciclaje de instrumentos antiguos, redefiniéndolos, resignificándolos. En nuestro medio esto ha tenido un desarrollado muy singular y en ese sentido no es posible hablar de ese fenómeno sin hacer referencia a Jardín, dupla conformada por Raúl Gómez y Orlando Ramírez. Jardín nació de un antiguo proyecto llamado Disastrus Birth junto a Raúl Privat, quien luego editaría como P.R.I.V.A.T. (1999) un demo debut de matices ambient y sonidos cercanos al new age. Jardín por su parte editaría cuatro discos. El primero, un notable Estación Sublunar (2001), abundaba en ritmos trepidantes, oscilaciones, incursiones noise, y cierta dinámica drone, que cruzaba la psicodelia con climas industriales con total libertad. Lo interesante sin embargo está en las fuentes usadas por Jardín, que dota a su sonido de texturas únicas: retroalimentación de consola, viejos pedales de los 70s manipulados, comprados en mercados negros como Paruro o Las Malvinas y grabaciones en carretes, son sólo parte del modus operandi del dúo. Recientemente Jardín ha editado un nuevo álbum llamado Maqui de hierro que confirma la destreza y la capacidad subyugante de su música, que mucho se ha asociado también al sonido de la ciudad y al colapso urbano, gracias también a que el centro de operaciones del grupo estaba ubicado en una fábrica abandonada del complejo industrial de la avenida Argentina, lugar donde ofrecieran más de un recordado concierto.
Quien sí asumiría esta idea de "ruido de la ciudad" sería Danny Caballero, a través de su proyecto Paruro, nombre que remite a un mercado negro limeño de venta de equipos de sonido y de técnicos electrónicos. Una alusión nada gratuita tomando en cuenta que el mercado Paruro ha sido el símbolo de una cultura local de informalidad que también se asocia al caos urbano tan propio de Lima. Pero dejando de lado las implicancias sociales y económicas que esto conlleva, paradójicamente esta informalidad ha permitido empujar a nuestros músicos hacia rutas de exploración fascinantes, y ha hecho posible el surgimiento de propuestas que han podido definirse a partir de los elementos que articulan su propio contexto. Paruro (como Jardín) es un ejemplo palpable, ya que Danny se vale de una radio vieja reciclada, y manipulada, para generar una gama de texturas y masas de ruido. Eso le da un significado especial a su trabajo: es el sonido de lo híbrido, de lo compuesto, de la chatarra vuelta a usar como testimonio del deterioro. El intenso vendaval noise que practica Danny resulta en ese sentido singular, emotivo y a la vez renovador en la medida que transita por rutas que lo involucran con su propio espacio. Y es ese el mejor Paruro, el que puede disparar desde una coordenada propia. Recientemente ha editado Ópera del Ruido a través del sello Aloardí, que dirige Christian Galarreta. Junto a este último Danny ha editado también un disco en colaboración bajo el nombre de ParChis, a través del sello SuperSpace Records que dirige Wilder González. Aloardí también ha editado hace muy poco un interesante cd debut de la dupla Rolando Apolo y Gabriel Castillo llamado Erebo que combina el noise digital con el sonido de guitarras distorsionadas, consiguiendo atmósferas etéreas de gran intensidad. También por el sello Aloardí se espera la pronta edición del disco debut de Cristo Demoledor.
Pero si Jardín, Paruro y Galarreta conformaban lo que podía ser la electrónica marginal, de la calle, por otro lado apareció una generación de jóvenes músicos HI FI “los chicos Laptop” muy influidos por el polivalente sonido de Aphex Twin, y que con un paso fugaz por la escena dejaron un importante testimonio del desarrollo de propuestas IDM y glitch. Los mismos estuvieron en torno al programa radial Cretásico, que ha venido difundiendo estas vertientes de la música electrónica en nuestro medio. Tres proyectos destacaron nítidamente: Rapapay, Terumo y Therokal. Rapapay editó un muy buen disco en el 2003 llamado Aymaraes, de todos es quizá el más reposado, quien traza más puentes con el ambient, ya que tanto Therokal como Terumo han incursionado en ritmos más acelerados, sampleos esquizoides e incluso en noise digital. Una figura que compartió escenario con ellos fue Johnny Kollantes (quien suele mezclar el sonido jungle con cajón peruano y quien también es habitual en el circuito de videoartistas), tal vez el antecedente más directo para toda esta generación.
Pero no todo ocurre en Lima. La música electrónica realizada en provincia ha tenido durante los últimos años una presencia bastante significativa (con un ciclo de conciertos llamado Electrónica desde adentro incluido), básicamente por la edición de los festivales de música electrónica que no dudaron en incluir a proyectos del interior. Es así que en nuestro medio se dieron a conocer dos interesantes propuestas: Colores en espiral (La Oroya) y Quilluya (Arequipa). El primero guarda mucha relación con Jardín y Paruro, en la medida que tiene una fuerte mímesis sonora con su lugar de origen (una zona minera), y es posible percibir en su música imágenes de deterioro que se matizan de manera sorprendente con incursiones melódicas y voces etéreas que también los asocia al sonido etéreo/cósmico de Silvania. Además de Colores en espiral, desde La Oroya nos ha llegado información de Corazones en el espacio, Complejo Metalúrgico y Ozono, todos con sonidos muy afines.
Quilluya, por su parte, ha resultado interesante no sólo por la pulcritud de sus discos sino por lo intensas de sus performances que han tenido una cuota ritualista muy marcada. Aparecen pintados esparciendo hojas de coca sobre el suelo mientras que su líder Jose Jesús Villafuerte destroza el monitor de su PC contra el piso a ritmo de tambores, quenas, zampoñas, gritos y sonidos electrónicos que toman tanto del industrial, del trip hop, el drum'n'bass como del noise digital. Villafuerte ha desarrollado además interesantes experimentos con noise digital a través de su otro alter ego Ragholetis Fractal. Pero la escena arequipeña es más inquieta aún y junto a ellos figuran otros nombres como Divino Juego del Caos, Exilio, Fiorella 16, Bajocero y Sicalipsis. Si bien de manera más discreta y con formatos más reconocibles (EBM y techno) no podemos dejar de mencionar el trabajo de DJ Tumba (Ayacucho) y Sónica (Trujillo).
Pero la electrónica local ha tenido también un desarrollo asociado a cierto cosmopolitismo, estéticas de reciclaje, pastiches, y sintonía con la cultura pop. De esta lista, si uno ha logrado trascender y posicionarse, ese ha sido José Gallo con su Theremyn_4, quien ha incurrido en los linderos del jazz electrónico, el break beat y el pop electrónico, aunque no tan cadencioso como Serge, Theremyn_4 ha conseguido con su reciente Lima / Tokio / Lima escalar en sus exploraciones. José Gallo además dirige el sello 1001 Records que ha editado también a Cinco Esquinas y al proyecto peruano afincado en Tijuana (México) El lazo invisible que comparten, con perspectivas diferentes, un interés por la mixtura entre la música popular y la electrónica. Otros proyectos que han insistido en esa mixtura han sido por una parte el reinventado Micky Gonzales con su Inka Terra y su reciente Etnotronics y Novalima, nuevo proyecto que a la distancia y gracias a los soportes de intercambio de información han armado ex integrantes de Circo Ficción y Avispón Verde. Recientemente han editado un disco llamado Afro, así como los ya citados Kollantes y Quilluya, aunque en direcciones muy disitintas.
Una figura interesante es la de Dante González, más allá de sus incursiones synthpop al lado de su Estación Perdida y su adhesión a los proyectos de noise encabezados por Erick Bullón, González ha mantenido una trayectoria en solitario muy interesante, como lo demuestra su Diseñar y Construir (2001) un disco kraftwerkiano hasta la médula pero arriesgado en sus planteamientos de estudio de sintetizadores, de los que González es un fan obseso. Como parte del ciclo Con-Tacto, Dante sonorizó una performance de Danzantes de Tijeras que consiguió inusitado éxito mediático. Actualmente viene apoyando a Pestaña, el nuevo proyecto de electroestupidez del ex Insumisión Leonardo Bacteria. Otro que dice presente cuando mencionan a Kraftwerk es Rafo Mercado de Noise, un proyecto de techno industrial que editó un disco en el 2001 elaborado totalmente con software musical. Por ese camino también anda Eléctrica de Lima, aunque en una perspectiva más ecléctica.
Después, ya más lejos de la influencia de los citados alemanes, algunos proyectos han desarrollado propuestas más experimentales pero siempre moviéndose en terrenos rítmicos. Ese es el caso de Omar Lavalle, que con su actual proyecto Música Falsa ha editado un notable disco demo en donde conviven post rock, dance y música de banda sonora en una alquimia tan milimétricamente diseñada como emocionalmente intensa, un disco sorprendente que no ha tenido mucha difusión. Lavalle viene trabajando ahora en un proyecto junto a la talentosa violinista Pauchi Sasaki, quien también participara en algunas presentaciones de Jardín y Resplandor, así como en la puesta musical inspirada en el ayahuasca del músico Tito La Rosa. Por ahí también andan Ionaxs y Sun Cok, el primero bordeando el ambient y la música etérea sin prescindir del dance, consiguiendo ritmos flotantes y espaciales y el segundo (ex Vacuna tu hijo) con experimentaciones más esquizoides. Junto a ellos no debe dejarse de mencionar el trabajo del polifacético Elegante, tal vez quien más lejos ha llegado en la idea de samplear y mezclar sonidos diversos, con cuidadas incursiones melódicas y pulcro tratamiento del sonido. Actualmente viene trabajando en un proyecto más orientado al dance llamado Sonoradio. Otro que merece rescatarse del olvido es Cabeza de loca, el minimal techno del ubicuo Hermán Hamman, guitarrista de la difunta banda de pop electrónico Viajeros y ex integrante de los oscuros KK, banda de noise compuesta por seis integrantes que a fines de los 90s hicieran algunas sorpresivas presentaciones, una al lado de los recordados Electro-Z. En un lado opuesto está el trabajo de electrónica cósmica que desarrolla Carlos Torres y Ronald Sánchez bajo el nombre de Altiplano. Y que en su reciente La corte cósmica ha tenido como invitados al mencionado Hamman y a Tito La Rosa, entre otros. Por otro lado está Der Hannah Hoch, nuevo proyecto de Marco Rivera (Jardín Vértigo) junto a Gabriela Germaná. Como es costumbre en Rivera hay un acento muy marcado en el discurso, la electrónica como soporte intelectual. La alusión a la célebre artista dadá encierra las preocupaciones del dúo y las connotaciones que eso arrastra a nuestro contexto: entre el pastiche y la mixtura, entre todas las sangres y el arroz con mango. Un monstruo sonoro donde no faltan sampleos, flautas y una que otra guitarra procesada, sonidos electrónicos, ecos, y demás alusiones psicodélico-industriosas y hiphoperas. Tienen editado un disco llamado Música Peligrosa (2004).
Después hay una nueva hornada de proyectos electrónicos de marcada sensibilidad dance. Entre ellos habría que reparar en el electro de video juego de Vavas, quien lleva editado un single en formato diskette y está próximo a lanzar su disco debut a través del sello Internerds, disco que ha sido compuesto con una computadora 386 y software bajado de Internet. Después no hay que dejar de mencionar el lounge de Luján y El Paso, y los ritmos de Autobahn 303, Neblima, Jardín solar (antes Sónica) y Marujatrax, las experimentaciones de Rodrigo La Hoz y su Pulso Adolescente, el frenetismo de Bulucordio, los climas de Aural noise, Mr darquo y los cabezas de latex y El tico fantastico. Muchos de ellos reunidos en el reciente Dormitorios electrónicos, compilado editado también por Internerds.

Continuará
Luis Alvarado

3 comments:

Mihael said...

Es interesante conocer la historia de la escena underground de los países de Latinoamerica. Actualmente, soy parte de una banda independiente llamada Viagra Online, la cual se especializa en el rock alternativo y experimental.

viagra online said...

bueno por supuesto que hay mucho que decir acerca de esta gran banda, ademas de que las grandes presenctaciones que organizan son de excelente calidad.

Elliott Broidy said...

Oh wow