A propósito de: Federico Barabino. Ruido is not noise. Sin sello, Buenos Aires. 2008.
Dos temas extensos de estrategias opuestas que detentan, no obstante, cierta cualidad complementaria. “Sound” se explaya en una suerte de noise/ drone de guitarra con feedback, micrófonos de contacto y efectos generados a través de una laptop. La transformación de los efectos realza diferentes planos que vienen a cuestionar la linealidad dronológica. Si se nos permite la metáfora lingüística, se trataría de una especie de sintagma dividido en las unidades que lo componen, apreciables en la medida en que estemos dispuestos a dejarnos llevar por una escucha paciente y concentrada. “Non-impulse”, con una instrumentación similar, bordea los límites de lo inaudible, con amplios espacios de silencio que parecen rodear unos pocos crescendos que se apagan casi en el momento mismo de su nacimiento. A la contraposición entre el ruido del primer track y el aparente silencio del segundo se le suma el contraste entre la intervención directa, casi quirúrgica, del sonido en uno y el deslizarse artesanal, sin atajos ni apresuramientos, del otro. Pero ambos provocan una reflexión similar sobre las múltiples posibilidades y acercamientos al concepto, por cierto bastante huidizo, del “ruido”.
Dos temas extensos de estrategias opuestas que detentan, no obstante, cierta cualidad complementaria. “Sound” se explaya en una suerte de noise/ drone de guitarra con feedback, micrófonos de contacto y efectos generados a través de una laptop. La transformación de los efectos realza diferentes planos que vienen a cuestionar la linealidad dronológica. Si se nos permite la metáfora lingüística, se trataría de una especie de sintagma dividido en las unidades que lo componen, apreciables en la medida en que estemos dispuestos a dejarnos llevar por una escucha paciente y concentrada. “Non-impulse”, con una instrumentación similar, bordea los límites de lo inaudible, con amplios espacios de silencio que parecen rodear unos pocos crescendos que se apagan casi en el momento mismo de su nacimiento. A la contraposición entre el ruido del primer track y el aparente silencio del segundo se le suma el contraste entre la intervención directa, casi quirúrgica, del sonido en uno y el deslizarse artesanal, sin atajos ni apresuramientos, del otro. Pero ambos provocan una reflexión similar sobre las múltiples posibilidades y acercamientos al concepto, por cierto bastante huidizo, del “ruido”.
2 comments:
¿Porque cuando se habla de Noise/Ruidismo siempre se sale con los argumentos intelectuales?
¿Qué hay de malo en ello?
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