Reproduzco aquí un texto sobre La Vorágine, la extraordinaria caja de Los Jaivas que apareció hace ya unos años pero, al menos en nuestro país, careció por completo de difusión y repercusión. El texto pertenece al colega chileno Cristóbal Cornejo, de quién publicaremos en breve otro artículo sobre el compositor electroacústico José Vicente Asuar. ¡¡Muchas gracias, Cristóbal!!
1969 y 1970 delinearon gran parte de lo que Los
Jaivas serían posteriormente. Entregados salvajemente a la improvisación,
dieron forma a una sicodelia nativa que mezcló el espíritu ácido con recursos
americanistas y de la vanguardia docta. Esa etapa, a veces subvalorada, está
recogida en cinco discos conocidos como La vorágine, un documento
imprescindible.
Es
imposible concebir El volantín (1971), consignado como el primer
disco de Los Jaivas, sin considerar sus actividades desde mediados de 1969,
período en el que se volcaron de lleno a la improvisación.
La edición
por Sony en 2003 de los cinco discos que componen La Vorágine permite comprender mejor la continuidad musical del grupo y acceder a un
crucial momento de su historia, en el que la creación espontánea fue delineando
los trazos que finalmente los llevarían a ser una de las bandas esenciales de
la música latinoamericana.
Escuchar la
apertura del disco I ("Pan Negro") es un mazazo: una armónica (la del
gringo David Fass) inicia un diálogo
que es respondido con un punteo de guitarra eléctrica en la senda del blues
cósmico de Hendrix, a la que luego se adhiere un solo de órgano. "Mañana
cuando llegues" o "Canción del gancho" reflejan muy bien esta
primera etapa, aún dentro del formato rock, pero ácido y expansivo.
Sin
embargo, el clímax de ese disco es otro. El 24 de enero de 1970 se realizó en
la Quinta Vergara el Primer Festival de Música de Vanguardia. Los
Jaivas tocarían luego de Aguaturbia, despachándose con una brutal improvisación que
en poco más de 20 minutos pasa del carnaval al caos, desembocando en una
agresiva exhortación del Gato Alquinta al público, donde aparece la frase que
le da el nombre a esa pieza: "Tocamos música de vanguardia ¡y qué!".
"Muy
ofendidos y en nombre de la vanguardia nos tomamos el escenario en complicidad
con Los Blops", relata Eduardo Parra en las notas interiores. Es que Los
Jaivas se sentían verdaderamente a la vanguardia, en relación a otros grupos
que hacían covers de bandas
extranjeras como los mismos Aguaturbia o Los Escombros. Casi como acto
proto-punk, la presentación acabó cuando la producción cortó la luz sobre el
escenario. Anécdotas como estas abundan en este par de años mesiánicos -varias
relatadas por el mismo Parra a lo largo de las notas.
ABAJO LAS FRONTERAS
El
musicólogo Juan Pablo González compara esta situación con lo acontecido con
Caetano Veloso en la sesión final del III Festival Internacional de la Canción
en Rede Globo en 1968, cuando este increpó a la audiencia que alegó en contra
de su canción "É proibido proibir", una osada pieza de tropicalismo deconstructivo.
González
propone el término 'vanguardia primitiva' para denominar al cruce entre las tendencias
progresivas del rock de fines de los años '60 y el indigenismo americanista de
los años '70, entre ellas la primera etapa de Los Jaivas. En esta idea de
'vanguardia primitiva' "la experimentación propia de la vanguardia se daba
la mano con la invocación de un pasado remoto", en una práctica casi ritual
que interpelaba al auditor a hacerse parte activa de la experiencia.
Desde el
segundo disco, La reforma -que recoge el concierto del 11 de mayo
de 1970, el primero en que utilizan el nombre Los Jaivas- el gesto americanista
empieza a emerger a través de la instrumentación y sus toquíos, en un contexto
de libertad absoluta, que tendía puentes entre el hippismo, la identidad
latinoamericana y la vocación experimental de la vanguardia, representando un
interesante cruce entre alta y baja cultura, entre lo académico y lo popular,
fenómeno progresivo en el rock desde los años '60. Asimismo, la integración con
otras disciplinas (teatro, cine) también es parte de su experimentación, tal como
lo demuestra su aporte a un proyecto de Raúl Ruiz, música que se recoge en el
quinto disco, ¿Qué hacer?, donde improvisaciones más estructuradas
dan indicios del camino que seguirían en los años posteriores.
CORDELES
La música de Los Jaivas en La vorágine rompe con
la tonalidad, ingresa en la disonancia, en la repetición rítmica y en la
disolución temporal sicodélica. En ella se practican técnicas de extensión
instrumental (el "piano preparado") y se utilizan objetos como
emitidores de sonidos (plumavit, sillas arrastradas, tocadiscos girados con la
mano). La vorágine sorprende por su acercamiento casi naíf a las
prácticas de la vanguardia, y a pesar del aislamiento se hermana con la psicodelia global.
Compartimos
la tesis del músico e investigador Gerardo Figueroa, en cuanto a que en Chile
hay una línea de música underground
que puede ser llamada "experimental que parte desde La
Vorágine, pasa por Malalche, Agrupación Ciudadanos, y desemboca en Tobías
Alcayota, ojO o el Colectivo No, entre otros, genuinos herederos de la magia
que se desprende en esta vorágine.
En su año
de aniversario número 50, no es malo volver a revitalizarse con la escucha de
este artefacto sonoro que aún destila magia y fuego.
VER LA VORÁGINE
Gestado
originalmente como el proyecto de título del director Marcelo Tapia, el
documental "Los Jaivas: La vorágine" (CRÍTICA AQUI: http://sangria.cl/2011/12/critica-los-jaivas-la-voragine/), estrenado en 2011 en Valparaíso,
indaga en esta época a través de diversas entrevistas e imágenes de archivo,
que explican las motivaciones del grupo y entrega sabrosas anécdotas.
"Intentamos descubrir una etapa en
sus vidas no muy conocida y de pocos antecedentes. Era un redescubrir sus
inicios y de la forma en cómo su improvisación poco a poco se fue convirtiendo
en melodías que hasta el día de hoy se conservan", explica Tapia.
El
equipo realizador digitalizó todo el material filmográfico de Los Jaivas, desde
su niñez hasta el presente, que fue cedido para potenciar la película. Las fotografías
fueron aportadas por Erich Jara, Aurora Alquinta, Paul Lowry y la banda.
Tapia
comenta que si bien la película ha sido exhibida en Chile y en el exterior,
para este año de aniversario se espera pasarlo por televisión y subirlo a la
Internet.
Cristóbal Cornejo
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