Wednesday, July 08, 2009

La palabra justa

Cecilia Noriega nació en París -“circunstancialmente”, como ella misma dice-, en septiembre de 1958. Pero vivió y trabajó en Rosario, en la provincia de Chaco, finalmente en Buenos Aires. Escribió tres volúmenes de poesía (Encuentro, Collar de los Abalorios, Mariposa de la Noche, su última obra, que ha publicado en 2008 Ediciones Ultimo Reino). Y además, junto a Nicolás Cócaro, un libro de ensayos acerca de los años de iniciación de Julio Cortázar. Hablamos de su última obra, que reúne poemas escritos a lo largo de más de una década. Para el lector de ellos, acaso resulte grato un rasgo, que resulta ejemplar en “Exquisita tristeza”. Allí CN propone una descripción sensual de impresiones que son del todo áridas. ¿Coincide la autora con esto?

-Es un lindo elogio. Creo que mi poesía es absolutamente sensualista. Esa es mi forma sin dudas. A mí también me gusta mucho ese poema, y no todos me gustan...

- Hay palabras que aparecen con frecuencia, como si fueran revelatorias de algo (más allá del efecto poético en que están siendo utilizadas). Una de ellas es la palabra “azul”. ¿Se trata de una cita encubierta –un homenaje- al Azul de Rubén Darío? E incidentalmente, ¿está o ha estado Darío entre tus poetas predilectos? ¿No te fastidia si te pregunto por tus influencias literarias, algo así como un listado de quiénes han sido tus admirados “maestros” o “maestras”, en poesía?

-Azul más bien tiene que ver a nivel simbólico y hasta espiritual con "lo profundo", Darío es un referente en la poesía desde ya pero no está entre mis preferidos. Te cuento algunos de ellos: Borges, Pizarnik, Molinari, Molina, Storni, Eluard, Prévert, Trakl, Rilke, Longfellow, Whitman, Blake, Quasimodo, Montale, Bandeira, Drumond de Andrade, Reynaldo Arenas, Octavio Paz, Tagore, los haikus zen... También la tradición de escritores y poetas franceses. El francés es mi segunda cultura sin dudas, y las francesas, entre ellas Duras y Yourcenar.

-El siglo XX ha retomado hasta el cansancio (y con estridencia) la idea romántica de que el lenguaje traiciona el pensamiento, de que fatalmente existe una incongruencia constitutiva entre lo que se piensa o se siente y lo que se dice o se escribe. (Adorno “después-de-Aushcwitz-no-hay poesía”, Foucault en Las palabras y las cosas, mucho del post-estructuralismo francés -y sus avatares en los departamentos de literatura de las principales universidades norteamericanas, y un largo etcétera). Otras corrientes, otros pensadores –menos famosos- dicen exactamente lo contrario: que quienes aseguran que hay estados íntimos intraducibles a un lenguaje común, incomunicables por “complejos”, revelan algo de desconocimiento de los recursos retóricos del lenguaje, y todas sus potencialidades. En tus poemas veo una aceitada relación entre sentimientos únicos, y su expresión concreta, exacta o convincente, verosímil, que permite la empatía entre el lector y lo que contás. Si te parece oportuno el tema, ¿tenés una opinión sobre el tema de las relaciones (peligrosas desde luego) entre el lenguaje y la vida? Si un poeta renuncia al lenguaje con el pretexto de lo inefable de ciertas experiencias, ¿no renuncia a la entera vocación libertaria y liberadora que ha venido desplegando el arte, desde sus comienzos hasta hoy?

- Sí a tu última pregunta. El misterio de la poesía está en estas relaciones peligrosas, sin duda. Yo encuentro que el lenguaje siempre tiene una vuelta para encontrar, eso, justo eso es la poesía. Para mí es un trabajo de orfebre, dejar que emerja desde las profundidades la metáfora justa, que acaso sea justamente la palabra inefable.

-La soledad, como se señala en la contratapa, es un highlight de esta compilación. Otro es una geografía más bien silvestre, de valles o bosques, montañosos o no, o pinares: hierbas y árboles, el viento y la luna, la oscuridad del outdoor (y no la domesticidad de la casa familiar, y todas sus seguridades), escenarios que parecen enfatizar esa desnuda y franca soledad. ¿Existen esos lugares en el plano biográfico? Y si sí: ¿son ubicables, han sido fundacionales en el desarrollo de tu personalidad, dónde se encuentran?

- Sin duda y Aledo Meloni, que escribió la contratapa, lo sabe tanto. Los lugares sagrados son: el Pinamar de mi infancia, el litoral de mi huída de Buenos Aires, me fui en los 80 a estudiar Letras, cerrada aquí por la Dictadura, Chaco, Corrientes donde viví 10 años de mi vida, tuve a mis 2 hijas. El sur y la montaña y el lago, San Martín de los Andes, Bolivia y el lago Titicaca, la India en otro nivel. La naturaleza es mi hogar.

Sergio Di Nucci

3 comments:

Nanu said...

Felicitaciones por la entrevista! Yo lei el libro obviamente..y digo obviamente porque la escritora es mi mamá...Lo que no es obvio es que me emocione tanto leerla...que me gusten tanto esas poesias...Siempre intenté ser lo mas objetiva posible con respecto a esto, y la verdad que en este ultimo libro "Mariposa de la Noche" logra una madurez exquisita.
Saludos!!!

Leopold Bloom said...

Excelente blog. Nada pretencioso y de grata lectura. Bis bald!

Anonymous said...

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