El cine asiático tuvo la culpa. Allí estaba el viernes por la tarde, puntual en la cola del Anthology Film Archives, dispuesto a ver una comedia coreana sobre salones de baile, cuando tres personas antes de que llegara a la ventanilla gritaron el fastidioso sold out! (vendido). Agarrar un Voice para fijarme quién tocaba esa noche fue un reflejo pavloviano. La letra neutra indicaba que !!! (pronúnciese chik chik chik o chk chk chk o cualquier sonido repetido tres veces excepto, claro está, yeah yeah yeahs) lo hacía en el Bowery Ballroom.
Parecía predestinado. Un par de horas antes había comprado su nuevo CD, salido apenas diez días atrás y ya en oferta (con un EP de bonus) en las sorprendentes disquerías neoyorquinas. Y ahora me iba de un ballroom que no pudo ser hacia otro a escuchar un poco de... ¿dance music?.
Llegué temprano al Bowery para evitar cualquier cola y asegurarme una entrada. Admito que no me sorprendió demasiado cuando el gigantesco negro de la puerta reiteró la palabra maldita: -sold out !!!, !!! is sold out. Atiné sólo a reflexionar sobre la manía de esta gente, siempre programando su vida con veinte años de anticipación, decidiendo que en el 2009 viajarán a Tailandia (y reservando el pasaje ahora), que comprarán una casa a pagar en treinta años, que el nene irá a la Harvard Business School en el 2007, se recibirá en el 2011 y entrará a trabajar como consultor de Merryll Lynch al año siguiente. Cosas a las que yo, pobre argentino, ciudadano del país de la incertidumbre, no me acostumbro jamás.
Pero la predestinación le ganó la partida a mi improvisación y pude obtener un ticket gracias a un sujeto que quería vender el suyo. Mismo precio, nada de sacar ventaja, “sólo quiero recuperar mi dinero”. Tampoco a esas extrañas demostraciones de decencia me acostumbro.
Ya adentro, a matizar la espera con una cerveza mientras emprendo, a falta de algo mejor que hacer, un estudio sociológico del público. Una media de edad que no pasaría de los 25 y que me hacía sentir tan viejo como si proviniese de la Edad Media. Gigantescos tatuajes de dragones y serpientes en los brazos y espaldas de muchas damas parecían hablar de la influencia mixta del New York Asian Film Festival, El Señor de los Anillos o los últimos caprichos de Tarantino. Como sea, mi timidez impidió preguntarles por la razón de tamaña exuberancia de colores y acabó prontamente con mi vocación sociológica.
10.15 p.m. abrió el show un horrendo grupo que dijo llamarse Cheeseburger y provenir de “Detroit City Rock”. Trío de guitarra, batería y voz, con un cantante espástico que parecía bastante afecto a la famosa hamburguesa, levantaba el puño en alto y preguntaba al final de cada tema “What´d you wanna listen´t next?”, como si alguien allí adentro tuviera la más mínima idea de su repertorio. Led Zeppelin para pobres. Los Stooges y los MC5, dondequiera que estén, se retorcerían de espanto si los escucharan.
Nueva digresión. Ese fin de semana oiría mucho hard rock sin pretenderlo. Todas las bandas de apertura cortejaban ese género setentista y bastardeado, que recién ahora está cosechando defensores inteligentes y atractivos herederos. El revival de nuestros días no deja rincón alguno sin explorar. Pero la reelaboración productiva de sus reglas estrictas sigue siendo patrimonio de pocos.
Siguió White Magic, una proposición mucho más interesante. Otro trío, con la notable voz de una Mira Billotte (también integrante de Quix*o*tic) que alternaba piano, batería y guitarra. Con apenas un EP de 22 minutos (Through the Sun Door, en el sello Drag City), mostraron algunas buenas ideas que no terminaron de plasmar, en una vertiente de folk excéntrico que parece haberse adueñado del país, de Devendra Banhart a P.G. Six y de Espers a Joanna Newsom. Los dos temas previos al último fueron extraordinarios, con ritmos entrecortados de ascendencia gitana y el piano fuera de tono. Suficiente como para seguir con atención sus pasos futuros.
Agotadoramente tarde, a eso de las 12.30 hs., !!! tomó el escenario por asalto. Siete tipos arriba de él y un octavo todavía más alto, en una especie de cueva que pude observar porque también yo estaba viendo el show desde el piso de arriba. Ese parecía encargarse de mezcladoras y demás artilugios de ingeniería. Pero si algo abundaba, eran los teclados y los ritmos, tanto de batería como programados. En rigor de verdad, el ritmo es la preocupación fundamental de !!!. Todo gira en torno del groove, el bajo marca la pauta y la característica principal de su sonido descansa en la producción. Ayudados por la legendaria consola del Bowery –interminable sucesión rectangular de perillas y aditamentos varios- sonaron con una perfección sólo igualada (para mis oídos) por el recital que dio Kraftwerk en Obras, en Buenos Aires.
Se ha hablado mucho de punk/funk a la hora de referirse a !!!, probablemente por la influencia de su primer disco. Pero el nuevo es cosa diferente, por completo volcado hacia el lado bailable de la línea. Si el Mutant Disco de Liquid Liquid, ESG y hasta A Certain Ratio se paseaba por su álbum debut, este segundo, Louden Up Now, convoca fantasmas tan diversos como ABC (¿alguien se acuerda de The Lexicon of Love?), el propio Kraftwerk, Chic y quizás también Prince.
Lo que diferencia a !!! de otros combos semejantes es su militancia, aunque su lírica comprometida no siempre los resguarde de caer en la puerilidad. El cantante Nic Offer desgrana parlamentos que fluctúan entre la ira y el hedonismo, mientras el grupo arremete con bases rítmicas monolíticas, invariables en ocasiones, y un saxo y una trompeta soplan al unísono con el restringido papel de agregar tensión al asunto.
Offer arenga al público para que baile, mientras él mismo ensaya una danza que no le sale muy naturalmente. Y así se suceden los temas, un tanto parecidos entre sí.
No obstante, disfruto del concierto mientras me prometo escuchar el nuevo disco al día siguiente para formarme una opinión más profesional. Dejo lo profesional entonces para el próximo post.
Mientras tanto, sacudo mis oxidados huesos al ritmo contagioso de esos signos de admiración. Es sólo música de baile, pero me gusta.
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