Monday, April 05, 2004

Avándaro, Festival de rock y ruedas

Poco y nada se sabe del rock latinoamericano en Argentina. Ni del de la década del ´70 ni del actual. Esto ha dado pie a la absurda suposición de que todo se inventó en nuestro país. Lastimosa pedantería de periodistas siempre preocupados en la contemplación de su propio ombligo. Calladamente, casi en solitario, Humberto Luna ha estado haciendo una enorme labor de archivo e historización del rock latino (incluyendo el argentino) desde su página progresiva 70s (Encontrarán el link al costado del blog) Después de más de tres décadas, se han desenterrado las grabaciones del Festival de Avándaro, quizás el acontecimiento más representativo de la historia rockera en América Latina. Humberto reflexiona sobre el asunto y repasa algunas de las bandas que participaron de esta suerte de Woodstock azteca.


En 1971, para matizar la espera previa a la carrera automovilística que se realizaba en Avándaro -localidad cercana a la Ciudad de México-, se decidió invitar a algunas bandas de rock. Los elegidos fueron Javier Batiz, figura mítica del rock mexicano de los 60s, y La Revolución de Emiliano Zapata, quienes por aquellos días escandalizaban a los sectores más pacatos con un tema de título atrevido: “Nasty Sex”, hoy nuevamente en la palestra por su inclusión en la banda de sonido del film Y tu Mamá También. Para la organización se convoca a Armando Molina, joven conductor de radio y ascendiente promotor de bandas. Pero por diferentes razones ni Batiz ni La Revolución están disponibles para concurrir. Molina, dispuesto a no desperdiciar la oportunidad, propone a otras bandas. El entusiasmo despertado entre los músicos provoca que el número de las agrupaciones que comprometen su participación vaya en aumento. Tal es la predisposición que pocos hacen mayores reclamos monetarios y se mantiene el costo inicial, por lo que los organizadores, lejos de rechazar la propuesta, quedan encantados con la nueva idea, un espectáculo de rock y de autos: “Festival de Rock y Ruedas en Avándaro”. Un programa que contaría con Los Dug Dug's, El Epílogo, La División del Norte, Tequila, Peace and Love, El Ritual, Mayita Campos y Los Yaki, Bandido, Tinta Blanca, El Amor, y Three Souls in My Mind. La primera jornada, el 11 de setiembre, estaría animada por estas bandas a las que se les imponía la condición de tocar temas propios, aunque hubo quien furtivamente filtró algún refrito. La carrera estaba programada para el segundo día.
Las crónicas de la época hablan de más de 250.000 personas. Forman parte de las memorias de los asistentes algunas precipitadas actitudes de los músicos, enfervorizados por la respuesta del público, pintorescos actos que pasaron a la pequeña historia del rock mexicano, como el de la mujer “encuerada” (desnuda) que se sube a una torre y agita al público, un incendio, las fumatas masivas, e inducido por la lluvia ineludible para hacer sentir al público en un nuevo Woodstock, algún desborde convenientemente exagerado por una prensa tan timorata como amarilla. Seguramente la organización no estaba convenientemente preparada para tal aluvión y esta serie de sucesos contribuyó a que un gobierno electo pero autoritario e intolerante, del que recordamos las masacres de estudiantes en 1968 y 1971, inicie el proceso de persecución y aborte cualquier intento de difusión del rock en los medios.
Lamentablemente mientras esta música iba adquiriendo personalidad, el acoso condena a los principales protagonistas a desarrollar su tarea en los llamados hoyos fonkys o funkys. Las pésimas condiciones de estos locales de mala muerte terminaron minando las energías de las bandas. Solo algunas, como Three Souls in My Mind, hoy más conocidos como El Tri, supieron hacer de este ambiente un sitio propicio para desarrollar su estilo.

Bakita Records de México editó en el 2003, en un doble CD, las grabaciones del Festival Rock y Ruedas de Avandaro, que se consideraban perdidas. Repasemos su contenido.
Peace and Love: Son muchas las agrupaciones de la época que incorporaron bronces a su instrumental. En su mayoría cayeron en el facilismo de hacer soul. En cambio estos vegetarianos, de convivencia comunitaria y mañanas de yoga, llegaron desde Tijuana con ideas más innovadoras que se podían desarrollar dentro de sus ritmos latinos, rock y blues, psicodelia floydiana y protoprogresivo a la Purple. Magnos animadores del festival, cebados por la aclamación pública, se lanzan a tocar su tema “Marihuana”. En forma inmediata la Secretaría de Gobierno llama por teléfono a los directivos de la radio que emitía en forma directa el Festival. Fin de la trasmisión y fin de la radiodifusión del rock chicano. Quedan como testimonio los temas que aparecen en esta edición: “Memorias de los que se fueron”, “Amor y Paz (Improvisación)”, el himno juvenil “Tenemos el Poder” y el controvertido “Marihuana”, además del recomendable LP publicado luego del Festival. Cantaban en inglés.
Tequila: Filtran “Super Highway”, un tema que no les pertenece, y dos composiciones propias “I Gonna Move” y “Do You Relieve me”, con Maricela Durazno, una émula de Janis Joplin, en la voz.
Ritual: Como Peace and Love eran de Tijuana. Son dos los tema rescatados, “Satanás” y “Prostituta”. Ambos también están publicados en el único LP que grabaron, cuya fecha de edición pertenece a 1971, como la mayor parte del material de estudio publicado por estas bandas. Se trata de otra agrupación notable, cuyo heterogéneo perfil no alcanza a corroborarse en estos registros.
Bandido: Solo “Tema de Bandido” fue seleccionado para aparecer en esta edición. Influidos por Chicago y Blood Sweat & Tears, no debe sorprender que en algunos pasajes recuerden a los argentinos de Alma y Vida, pero cantando en inglés. No puedo decir que despierten mayormente mi interés. Editaron un LP en 1973 con temas propios.
Dug Dug’s: A no dudarlo. Una de las bandas chicanas que más ha trascendido el tiempo. Su nombre deriva del de su localidad de origen: Durango. Sin embargo eran casi nómades. Estuvieron asentados en Tijuana y probaron suerte en EEUU. Fue a su regreso a México que logran un contrato con la RCA y comenzaron a editar una serie de álbumes. Sus comienzos con rock & roll, psicodelia, ritmos frenéticos y guitarras ácidas van dando lugar con posterioridad a ciertas sutilezas. Un inédito “Things Thing’s”, y dos temas del primer álbum: “Let’s Make it Now” y “I Got a Feelin”, todavía cantados en inglés (luego del festival comenzarían a hacerlo en castellano), son los legados concedidos para esta esperada edición.
Epílogo: Solo podemos contar con una fracción de un tema instrumental sin título. Debido a que la debacle del rock mexicano luego del festival confabuló contra la publicación de los 8 temas grabados para un LP, tenemos en nuestras manos algo del escasísimo material con el que podemos analizar a esta banda pletórica de percusiones santanescas. Solo podemos agregar un simple, el primero grabado en castellano para el sello Cisne Raff, por el cual publicarían más tarde varias de las bandas aquí mencionadas. El LP de Epílogo continúa inédito.
La División del Norte: Otra banda que homenajeaba con su nombre a la Revolución Mexicana. De la localidad de Reynosa Tamaulipas, con solo tres simples en su historial y una prácticamente simbólica aparición en estos CDs, con el minuto y medio de “New Day”

Entre tema y tema disfrutamos del relato cronológico de Armando Molina y de comentarios de los protagonistas. Algunas bandas no llegaron al festival por diferentes problemas: La Tribu, Love Army y Javier Batiz, que a último momento cambió su opinión y habiendo decidido su participación no logra arribar. En cambio hubo intervenciones fuera de programa como las de La Fachada de Piedra y Los All Masters. No aparecen en esta edición los registros Mayita Campos y Los Yaki, Tinta Blanca, El Amor, y Three Souls in My Mind
En estas grabaciones solo escuchamos cantar en inglés. Hecho verdaderamente llamativo para músicos que provienen del país donde por primera vez a alguien se le ocurre cantar rock en castellano, y en el que como en tantos otros países de Latinoamérica, luego de mediados de los 60s se vio surgir gran número de bandas que componían en su propio idioma. Múltiples factores podrían analizarse: conceptos como “el rock solo puede cantarse en inglés”, la persecución e inmersión en la oscuridad, que interrumpieron una definitiva migración hacia las letras en castellano como se fue dando en otros países. No puede descartarse cierta tendencia extranjerizante propia de aquellos años, que daba aires de supuesta sofisticación. Una variable adicional puede estar dada por las intenciones de algunas bandas de cruzar a EEUU en busca de mayor satisfacción económica. Pero el tema no es ahora el surgimiento del rock en castellano en Latinoamérica. Por el momento festejemos con unas chelas esta tan ansiada edición.
¡Ah!... la carrera de autos se suspendió.

Humberto Luna

No comments: