Friday, July 23, 2004

Corazones en exilio

 
 
Foto: The Homosexuals en The Knitting Factory, NYC.
 Julio de 2004 , (c) Ivan Daguer

Ahora que se editan (y reeditan) decenas de discos por semana, afirmaciones del tipo “lo mejor del año” suenan cada vez más tajantes y categóricas. Ni siquiera basta un equipo de gente bien informada para indagar con suerte en la extendida cacofonía de nuestro mundo ancho y ajeno. Sin contar con que este 2004 apenas está promediando su primera mitad.
No obstante, el entusiasmo es enemigo de toda cautela. Por eso me sumo al panegírico diario para llamar vuestra atención, estimados lectores, sobre lo que, en materia de reediciones, considero EL ACONTECIMIENTO del año. Me refiero a Astral Glamour, una caja de tres CDs. que recopila 81 canciones de The Homosexuals y acaba de aparecer en el sello Messthetics.

The Homosexuals fue el secreto mejor guardado de la escena do it yourself en los agitados tiempos del post-punk británico. No me quiero extender demasiado porque les dedicaré un post más específico en cuanto logre digerir del todo estas 81 gemas de genio en su máximo estado de esplendor. Baste decir que existieron alrededor del ´78 y el ´82-´83, que vivían en squats (casas tomadas), que jamás cobraron por un recital ni enviaron una promo a nadie ni publicaron aviso alguno, que usaban las horas libres que les regalaba el estudio donde grababa The Police, que su leyenda incluye una artista uruguaya y una extraña edición póstuma en el sello Recommended de Chris Cutler, que tuvieron apenas un par de reviews durante su existencia y que todo en ellos -letras, música, actitud- los hubiera convertido en una banda inmensa. Pero supieron ser más grandes que la propia inmensidad al despreciarla sin vacilaciones.

Musicalmente construyeron, deconstruyeron y destruyeron algunas de las canciones más perfectas que haya dado el rock en su larga existencia. Y con toda probabilidad, las más perfectas en la historia del art/post-punk. Imaginen el Smiley Smile de los Beach Boys arreglado por Pere Ubu (nada improbable conociendo el fanatismo de David Thomas por el grupo de los Wilson) bajo la severa mirada de Wire y Magazine pero con todas las simpatías puestas en This Heat y Family Fodder.
O mejor no imaginen nada. Descúbranlos si no los conocían. Redescúbranlos si ya los habían escuchado antes. Después de todo, ¿quién en su sano juicio resistiría un verso como “If no one loves you, invent somebody”?

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